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  1 Junio de 2015 EDI TORIAL. A STROLA BIO NUEV A ÉPOCA, Nº 14 Este número,  Astrolabio dedica su sección monográfica a “Poder y Estado en la teoría social contemporánea”. La incitación a repensar temas clásicos de la sociología supone la voluntad de desarrollar un pensamiento que establezca convergencias y distinciones con los marcos y conceptos conocidos, en una tarea de transformación profunda que tanto se aboque a la revisión implacable como a la proposición renovad ora de la teoría. Como señala Esteban Torres en la presentación, “el presente Monográfico se inscribe en la creciente búsqueda de apertura de un nuevo ciclo reconstructivo en las ciencias sociales, que subvierta la dominación del proyecto exclusivamente crítico, deconstructivo, fragmentador y de abierto aniquilamiento de las estructuras del pensamiento social heredado”. Con esta disposición, la sección monográfica aborda temas, autores y perspectivas contemporáneos, como Axel Honneth, Michel Foucault, Manuel Castells, Pierre Bourdieu, Niklas Luhman, Gilles Deleuze y Felix Guattari, a propósito del sujeto, la democracia, la gubernamentalidad, el poder, los medios, el orden soc ial, la comunid ad. Por su lado, la sección Debates intele ctuales c ontemporán eos  abre sus puertas a la discusión sobre la autoetnografía, una ¿nueva? técnica de investigación que, básicamente, desmiente la ob ligatoriedad d e l a obj etivi dad como condición de la producción de conocimiento. Emparentada con el método biográfico, la etnografía reflexiva, los “diarios” de investigación de la antropología y algunos géneros literarios como la autobiografía, esta modalidad de investigación cualitativa apuesta a la inclusión del investigador en el juego del conocimiento, interrogándose a sí mismo y a sus contextos soc iales, hi stóricos, cul turales. Por esta doble vía, entonces,  Astrolabio insiste en la necesidad de revisar para cambiar. Revisar las teorías, el lugar de la teoría y la criticidad de la teoría; revisar las metodologías de encuentro con “lo real”, el papel que ocupamos en la investigación y los modos de traducción del magma existencial. Tomados uno a uno, los artículos socavan gradualmente nuestros modos de hacer ciencia. El efecto puede ser algo vertiginoso. La pregunta abre una brecha en la que nos abismamos al cuestionar y cuestionarnos. Pero de esas crisis se nutre la

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    Junio de 2015

    EDITORIAL. ASTROLABIO NUEVA POCA, N 14

    Este nmero, Astrolabio dedica su seccin monogrfica a Poder y Estado en la teora

    social contempornea. La incitacin a repensar temas clsicos de la sociologa

    supone la voluntad de desarrollar un pensamiento que establezca convergencias y

    distinciones con los marcos y conceptos conocidos, en una tarea de transformacin

    profunda que tanto se aboque a la revisin implacable como a la proposicin

    renovadora de la teora. Como seala Esteban Torres en la presentacin, el presente

    Monogrfico se inscribe en la creciente bsqueda de apertura de un nuevo ciclo

    reconstructivo en las ciencias sociales, que subvierta la dominacin del proyecto

    exclusivamente crtico, deconstructivo, fragmentador y de abierto aniquilamiento de las

    estructuras del pensamiento social heredado. Con esta disposicin, la seccin

    monogrfica aborda temas, autores y perspectivas contemporneos, como Axel

    Honneth, Michel Foucault, Manuel Castells, Pierre Bourdieu, Niklas Luhman, Gilles

    Deleuze y Felix Guattari, a propsito del sujeto, la democracia, la gubernamentalidad,

    el poder, los medios, el orden social, la comunidad. Por su lado, la seccin Debates intelectuales contemporneos abre sus puertas

    a la discusin sobre la autoetnografa, una nueva? tcnica de investigacin que,

    bsicamente, desmiente la obligatoriedad de la objetividad como condicin de la

    produccin de conocimiento. Emparentada con el mtodo biogrfico, la etnografa

    reflexiva, los diarios de investigacin de la antropologa y algunos gneros literarios

    como la autobiografa, esta modalidad de investigacin cualitativa apuesta a la

    inclusin del investigador en el juego del conocimiento, interrogndose a s mismo y a

    sus contextos sociales, histricos, culturales. Por esta doble va, entonces, Astrolabio insiste en la necesidad de revisar para

    cambiar. Revisar las teoras, el lugar de la teora y la criticidad de la teora; revisar las

    metodologas de encuentro con lo real, el papel que ocupamos en la investigacin y

    los modos de traduccin del magma existencial.

    Tomados uno a uno, los artculos socavan gradualmente nuestros modos de

    hacer ciencia. El efecto puede ser algo vertiginoso. La pregunta abre una brecha en la

    que nos abismamos al cuestionar y cuestionarnos. Pero de esas crisis se nutre la

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    emergencia de conocimiento: de aquello que solivianta el cambio, que llama a

    deshacerse de las formas repetitivas y los esquemas heredados.

    A partir de este nmero, la seccin general especifica un lugar para los

    artculos de discusin terica distinto de aquel que rene los artculos de investigacin

    emprica. Nuestro propsito es aqu, simplemente, orientar mejor y ms rpidamente a

    los lectores en el vasto universo de publicaciones. Contribuimos en este nmero con

    un importante volumen de artculos que, esperamos, nutran la discusin cientfica e

    intelectual.

    A los autores y autoras, a los coordinadores de seccin y a los evaluadores,

    nuestro agradecimiento.

    Presentacin seccin Monogrfica N 14: PODER Y ESTADO EN LA TEORA SOCIAL CONTEMPORNEA Ni lo pienses, la teora es nuestra! Tal imperativo no fue el grito autodefensivo de una

    rata de biblioteca desconectada del mundo, ni el exabrupto de un cientificista cnico o

    de un miope especulador a sueldo que desde su torre de cristal niega y luego aborrece

    el trabajo emprico. Tal rugido imperial se lo propin Claude Lvi-Strauss al

    antroplogo brasileo Darcy Ribeiro cuando ste ltimo sugiri la necesidad de revisar

    el marco terico del primero, y luego construir nueva teora, dado que aquel no se

    ajustaba a los hallazgos de la investigacin que estaban llevando a cabo

    conjuntamente en tierras amaznicas. As, entre teora y praxis, entre teora e

    investigacin emprica, se fija una relacin problemtica de mutua imbricacin,

    histricamente polmica y cambiante en su frmula de acoplamiento, y que no se

    agota, no se resuelve, y ni si quiera se funda en primera instancia en el territorio de los

    discursos epistemolgicos. Si acechar la teora, investigarla, cuestionarla, descubrirla,

    implica muy frecuentemente preguntarse por los modos de conceptualizacin del

    poder en la teora, del mismo modo la pregunta por el poder en las ciencias sociales

    no puede desentenderse, como vimos en el ejemplo, de la pregunta por la teora. En

    los ltimos 35 aos, la pregunta por el poder, por el poder de la teora y del saber

    cientfico, y por el poder en la teora, se orient principalmente a la crtica destructiva.

    Se trat de una crtica inicialmente necesaria, centrada en el cuestionamiento a un

    marxismo ortodoxo derrotado polticamente y a un funcionalismo decadente, pero que

    lleg demasiado lejos. Tan lejos lleg que pretendi dinamitar todo el pensamiento de

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    la modernidad, y con ello toda posibilidad de construir un saber sistemtico, cientfico,

    convirtiendo a la crtica en el leit motiv de la filosofa y las ciencias sociales

    contemporneas. En los ltimos aos tal corriente de demolicin, que hizo de la

    impotencia virtud, ha manifestado fuertes sntomas de agotamiento. Muy posiblemente

    la crisis econmico-financiera global precipitada en 2007 desde Estados Unidos fue el

    primer punto de quiebre real de lo que Eduardo Gruner llam prematuramente en 2002

    el fin de las pequeas historias. Ahora bien, este pensamiento posmoderno, que se

    nutre de ingredientes post-estructuralistas, ideologas pluralistas y racionalidades

    neoliberales, no est derrotado de ningn modo, y lejos est de querer someterse a un

    proceso autocrtico.

    El presente Monogrfico se inscribe en la creciente bsqueda de apertura de

    un nuevo ciclo reconstructivo en las ciencias sociales, que subvierta la dominacin del

    proyecto exclusivamente crtico, deconstructivo, fragmentador y de abierto

    aniquilamiento de las estructuras del pensamiento social heredado. Toda tarea

    reconstructiva parte de la instalacin de un nuevo horizonte de expectativas, un nuevo

    imaginario colectivo. Desde el espacio de experiencias de las ciencias sociales

    argentinas y latinoamericanas ste comienza a proyectarse a partir de la creencia en

    la necesidad y en la posibilidad de construccin de teoras sociales como la instancia

    instituyente central de nuevos procesos soberanos de investigacin social, menos

    reproductivos, menos enajenados, menos temerosos en sus fueros ntimos, menos

    seguros de sus falsas certezas, menos obedientes, menos comprometidos con datos e

    informaciones que al decir de Poincar- no hablan por si mismos. Una investigacin

    social ms potente y ambiciosa, que est a la altura de las conquistas generales del

    pas en los ltimos aos, exige mayores sacrificios intelectuales, mayores destrezas

    de apropiacin cognoscitiva, as como el desarrollo de mayores capacidades de

    creacin terica autoconsciente. Ahora bien, tal misin no puede basarse en una

    simple declaracin de principios. Para ello es necesario poner en marcha planes de

    trabajos partiendo de diagnsticos realistas y tomando en consideracin las reglas

    institucionales de investigacin realmente existentes en la Argentina. Paradjicamente,

    el primer paso comn de esta ardua misin es el anlisis terico. Contra la crtica que

    criticamos, aqu el despliegue de la crtica terica se pone al servicio de dicha voluntad

    reconstructiva. Criticar para construir lo nuevo, y concebir la construccin terica como

    parte del proceso de investigacin social. Los trabajos que componen esta seccin

    dan cuenta de ello en buena medida. Desde este Monogrfico le decimos no al

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    formalismo terico, no a la teora por la teora misma, no a la investigacin sin

    invencin terica, no al desmedro por la teora desde empirismos perezosos, no al

    rechazo de la investigacin emprica por parte de los tericos, no a la separacin

    entre filosofa y ciencias sociales, y no igualmente a cualquier otro proyecto separatista

    y de insana hiperespecializacin. Las ciencias sociales, que se pusieron de pi y se

    hicieron respetar en un mundo pre-disciplinario, en un futuro no tan lejano debern ser

    pos-disciplinarias o simplemente no sern socialmente relevantes.

    Pero as como creemos estar seguros de este primer paso, por el momento no

    es nada fcil imaginar como sigue la aventura. Esta angustiosa incertidumbre parece

    tener alcances planetarios en la actualidad. No basta con proponer encender la luz

    nuevamente, disipar una oscuridad neoliberal polticamente fabricada, identificar qu

    es lo que qued en pi y que qued por los suelos, y de all armar nuevamente, con

    ingenio y dedicacin, algn rompecabezas, bajo la corazonada de que se puede crear

    un mapa, un dispositivo, un diagrama, que nos pueda devolver un sentido de

    inteleccin general ms o menos demarcado, o al menos, en una nueva versin, una

    porcin de la torta de las certezas perdidas. Antes que eso sera recomendable volver

    a preguntarse de qu forma y en qu medida hoy nuestra realidad puede ser

    construida, apropiada, transformada, a partir de ideas, conceptos, teoras, sistemas,

    metodologas, tcnicas cuanti y cualitativas, pedagogas, y cules son los lmites a

    partir de los cuales este arsenal heterogneo de recursos, an combinados con

    exquisitez y del mejor modo, no tiene absolutamente nada para aportar al

    esclarecimiento del mundo en el cual vivimos, y menos an a la construccin de un

    nuevo orden social ms justo.

    Una tarea concreta que involucra el primer paso comentado, y que podramos

    llamar nuestra modesta certeza, implica atender a los grandes temas y a los grandes

    conceptos en los cuales se han depositado buena parte de las energas y las

    creatividades cientficas contemporneas ms destacadas. El concepto de poder es

    uno de ellos, posiblemente el principal, tal como sealamos en la convocatoria del

    Monogrfico, y ello es lo que justifica nuestra pasajera e imprescindible atencin en

    aquel. Poner en juego y en cuestin el concepto de poder en la teora, al interior de las

    ciencias sociales, es una forma especfica de aproximarnos a los grandes problemas y

    los grandes desafos que han preocupado a las ciencias sociales en nuestra poca.

    Ahora bien, si fcil es acordar con Koselleck que un concepto, as como su anlisis,

    inevitablemente es ndice de su propio tiempo, qu sera eso que llamamos nuestro

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    tiempo? Si finalmente acordamos que el diagnstico peculiar que cada terico social

    se regala a si mismo sobre la modernidad, sobre su continuidad, su crisis o su aciago

    final, precipita en primera instancia su proceso teorizacin e investigacin social,

    cmo terminar de descubrir entonces el valor del concepto y las posibilidades de la

    teora sin atender a su sustrato epocal? Hay algo en nuestro tiempo que hace

    completamente imposible la apuesta por encontrar en la teorizacin del poder de los

    grandes autores contemporneos algunas pistas para construir una nueva teora social

    y/o sociolgica con las pretensiones holsticas del pensamiento clsico? Lo ms

    probable es que no. En cualquier caso, no quisiramos dar un paso ms sin antes

    diferenciar las honestas declaraciones de impotencia o de imposibilidad tendencial e

    irreversible de una teora por el estilo, de la pereza intelectual y de la subordinacin

    histrica de Argentina a los pases centrales, convertida por la ciencia nacional en un

    falso sentido comn posibilista. La pereza bien ocultada abunda y la subordinacin es

    potencialmente reversible. El decir se puede, tal como lo demostr Jorge Sbato, no

    conlleva una falacia voluntarista ni un ingenuo acto de fe. Es un llamado a la accin

    transformadora, a otra forma de comprometerse con la investigacin social; un llamado

    a recuperar la pasin por los grandes descubrimientos, as como tambin una

    convocatoria abierta a la tarea poltica de reformar y crear nuevos proyectos

    institucionales que hagan posible la incesante bsqueda de respuestas a las grandes

    preguntas de las ciencias sociales, que en su mayora siguen siendo las mismas. Los

    artculos contenidos en este Monogrfico creemos que comparten en gran medida

    esta necesaria ilusin de progreso.

    Esteban Torres CIECS CONICET Y UNC

    Presentacin seccin Debates Intelectuales Contemporneos: AUTOETNOGRAFA: FUNDAMENTOS, DEBATES Y APLICACIONES La autoetnografa puede definirse como un subgnero literario-cientfico que surge en

    los albores de la dcada de los noventa en el marco de la crisis de representacin de

    las ciencias sociales y que, como mtodo, es tanto proceso como producto. Como

    proceso, implica analizar sistemticamente la experiencia personal con la finalidad de

    comprender la cultura. Como producto, supone la creacin de textos estticos y

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    evocadores que involucren al lector y que sean capaces de llegar a un pblico ms

    amplio que los escritos acadmicos tradicionales.

    Al escribir autoetnogrficamente se asume que no es posible garantizar una

    absoluta certeza metodolgica en las ciencias sociales, que toda investigacin refleja

    el punto de vista de quien la lleva a cabo, que toda observacin est cargada de teora

    y que no hay posibilidad de construir un conocimiento libre de valores. As, la

    autoetnografa demanda tomar conciencia de que la tarea de investigar implica

    cuestiones polticas, morales y ticas.

    Dado que se trata de un desarrollo relativamente reciente en el campo de las

    ciencias sociales y que sus principales referentes son de origen anglosajn, an son

    escasos los textos disponibles en idioma espaol sobre la temtica. En este sentido,

    esta Seccin Debates N 14 busca acercar a los lectores hispanoparlantes los

    fundamentos, aplicaciones y discusiones ms relevantes en torno a la autoetnografa a

    travs de los trabajos de algunos de los precursores del mtodo y de autoras que han

    seguido sus pasos ms recientemente.

    En primer lugar, Norman Denzin desarrolla los basamentos polticos, ticos y

    tericos de la autoetnografa como mtodo de investigacin y como medio para el

    cambio social. A continuacin, Carolyn Ellis, Tony Adams y Arthur Bochner definen el

    campo de la autoetnografa a la vez que discuten las principales crticas que enfrenta

    esta forma de hacer y escribir investigacin. Gresilda Tilley-Lubbs muestra su

    aplicacin de la autoetnografa como estrategia innovadora para desarrollar

    investigaciones en comunidades marginadas y vulnerables; especficamente,

    inmigrantes mejicanos en los Estados Unidos. Finalmente, Alejandra Martnez explora

    el uso del mtodo en el anlisis de las regulaciones que orientan la masculinidad en un

    espacio de prctica de artes marciales en Crdoba, Argentina.

    Mara Marta Andreatta y Alejandra Martnez

    CIECS CONICET y UNC