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UNiVERSIDAD DE MEXICO
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ADOI.FO SANCHEZ V¡\ZQUEZ, Las ideas esteticas de "larx, Ediciones Era,México, 1965; 293 pp.
EL SECRETO DE LA PERSONALIDAD
ARTURO i\fELÉNDEZ LÓPEZ
cualitativamente distinlOS; pcro cremas ver a veces cierta identificaciónentre ellos; 111:;S aún, cierta reducción del primero al segundo; opeI'ación, esta última, que nos pareceteóricamente ineyitable, además decomprobada por la pr;ícLica artística de aquellos países que han considerado, en su políLica relativa alartc, que la función principal deéste es el conocimiento.
Por último, admitido que la creación aníslica no puede reducirsea sus elementos ideologizantes y cognosciLivos ¿cómo es que estos, cuando los hay, se conjugan con "laforma ... la coherencia interna ylegalidad específica de la obra deartc"? Es decir, ¿cu;índo son resueltos arlisticolllente los problemasideológicos y cognoscitivos que el
artista se plantea? En otras palabras¿cómo se transforman los referidoselementos en el proceso de la creación anística y qué función e importancia peculiares tienen en ello?
El conceplo de persona que propugna MOllcr brota, según se puede percibir, al conjuro de sus preowpaciones metafísicas y religiosas.La u n ida d funcional entre lesopuestos \'a cobrando un lono cadavez más dram;;tico, maniqueo, amedida que se desarrollan las diferentes experiencias humanas en quese oponen y conciertan", a la vez,lo fugaz y lo eterno, la libertadpanicular y el precepto absolutodel espíritu universal. Porque laestructura "dialógica" de los opuestos se cenlra en la esencia de, lapersona, dice Miiller, como un encuen tro de fuerzas y una tensión de
términos opuesLos qne no, tiene 'solución. En efecto, la unidad de loscontrarios se presenta bajo la forma de una "exigencia" desde dnúcleo mismo de la personalidad,no desde fuera. La exigencia proviene de "lo absoluto" incondicionado, pero nos afecta. En la librerespuesta, en nuestras decisiones,somos lo que somos como conjugación de la "libertad absoluta" y
\'cr con cl aspeCLo ideológico delarLe y su relación prccisa, en cuanlO a similitudes y difcrencias, conel aspeCLo cognosciLivo. Pina el autor. el carácter ideológico del artese refiere fnndamentalmente a esaspeculiares relaciones entre la baseeconómica Y. el arte, en tanto partede la supraestructura. Siguiendouna vieja tesis marxista, llama aesa~ relaciones del,e'l'luinantes, perovaCila para Lerminar califiG\ndolasde condicionantes. En rigor, si "!aobra artísLica aparece dOLada deci~rta co~e~'encia interna y aULonomla relativa que impiden su reducción a un mero fenómeno ideoló"gico", hay que rechazar la tesis dela determinación del arte por la
base, económica y buscar un prinCIpIO explicativo m;ís radical que
nos dé cuenta de su car,leter esencial como creación humana quintaesenciada, Por olro lado, el aUlOrcstablece t<Ícitamente que los aspec- ,
tos ideológico y cognoscitivo de lacreación artística son dos aspectos
.\lAX .\1 ÜLLER, Persona y Fu.nción, Trad. de Bernabé Navarro, Cuadernosdel Celllro de Estudios f'ilosóficos, :,\Q 20. UNAM. México, 1965. 53 pp.
la persona es el encuel1lro y pertenencia recíproca de los opuestos(Cf. pp. 20. 23, 27).
Miiiler encara cn el prcsente trabajo una solución al problemahisLórico-social que I-epresenta laoposición indi \'id ual ismo-soci~¡-¡is111o.]menta Lambién superar lo queacLllalmellLe )' bajo el rubro desocialismo, se piensa que constituye una superación eliminatoria deaquel individualismo, derivado delRenacimiento y que culmina conel Liberalismo europeo en la Primera Guerra Mundial. El conceptode "persona", seliala Miiller, nopuede asimilarse al concepto de"individuo", porque si aquél supone individualidad también implicaesencialmente "comunidad formal".El concepto de persona, más bien,expresa una unidad de oposición,donde la experiencia de la individualidad irrepeLible y Ílnica delhombre es, simultáneamente, experiencia de la "espiritualidad coIUlln", del constitutivo supraindividual, de lo esencial en el hombre.
El secreto de la personalidad nolo constituye una simple unidad,sea ésta sólo individual o exclusivamente una universalidad esencial, sino la unidad o identidadde lo diferente, una interna tensiónde oposición entre lo particularúnico y la esencial espiritualidadque nos es común. La "singularidad esencial" es el signo de la personalidad, o como prefiere decirloLambién el autor; el "estar-en-sí deesencia y ser como ente" (p. 16).;o.¡o son esLos los ílllicos términosque se manejan para referirse a ]amisma siLUación. A la idelllidadde los opuestos la llama igualmente: "unidad de singularidad y suprasingularidad", "unidad de locondicionado y lo incondicionado","de lo finiLO y lo infinito absoluto","de soledad y comunión". No setrata, adviene, de una pura simulLaneidad de los opuesLOs; lo queconstituye el "acontecimiento" de
"idealismo socialista", supera lasposiciones de Luk;ICS y Garaudy yconcluye que la única concepcióndel arte que permite comprendersus múlLiples y variadas expresiones es la que lo concibe como actividad creadora por excelencia. Sindejar de reconocer la validez, aunque limitada, de las Leorías sobrela creación artística que la caracterizan ya sea como forma ideológica,ya como forma de conocimiento ocomo creación pero identificada conel realismo, Sánchez Vázquez encuentra el "estrato m;IS profundo yoriginario del arte" en "ser unaforma peculiar del trabajo creador".Con lo cual rechaza, por un lado,las tesis de varios de los m<Ís distinguidos pensadores marxistas contemporáneos. en la medida en quehan pretendido adjudicarle una validez absoluta a sus respectivas posiciones. Pero, por el otro lado,hace al arte "subir de la tierra alcielo" -como diría Marx que sedebe hacer con la filosofía' frenLea toda posición idealista- al elltroncarlo con la pr;ícLÍca real delos hombres e identificarlo con unpeculiar trabajo creador, que necesita del trabajo común y corrientepara elevarse sobre éste en la tareacomún de humanizar las circunsLancias. ArLe y trabajo, sin eliminarlas diferencias, tienen una mismafnente conll'lI1: la capacidad delItom bre de transformar la realidady de ser en la referida transformación.
Ahora hien. nos parece ver tresproblemas fundamenLales que noeSI,;n lo suficientemente resueltosen la primera parle del libro_ El
primero se refiere a la teoría delreflejo aplicada al arte en tanto"puede cumplir una función cognoscitiva". La tesis del autor esque, en definitiva, la referida teoríaleninista del conocimiento es válidano sólo para el dominio de la ciencia sino Lambién para el dominiodel arte, pero que no se puede trasplantar mecánicamente de una esfera a la otra. Pero lo que no estáexplicado con suficiente claridad,aunque sí se adelantan cierros elementos de una posible solución, esprecisamente en qué consistiría ese
trasplante no mecánico o dialécticode la teoría del reflejo desde elorden del conocimiento científicoal orden del conocimiento artístico.
En otras palabras, falta explicar ladiferencia específica del reflejo artístico; pero para esto quizás seríamenester explicar también, en orden de precedencia, la diferenciaespecífica del reflejo científico yla definición genérica del reflejoen tanto principio fundamental dela teoría materialista del conocí-
miento.
Un segundo problema que requiere solución a fondo tiene que
L 1 B R O SARTE Y MARXISMO
El primer libro de Adolfo SánchezV;'lzquez constituye, sin duda alguna, una significativa aportación ala filosofía marxista en general ya su dimensión estética en particular. Producto de diez alios deinvestigación seria, sin dejar de serapasionada, la obra es el poloopuesto al clásico manual de marxismo-leninismo y al folleto propagandístico. Se enmarca, más bien,en el nivel de seriedad y profundidad de la propia obra del fundador del marxismo. Pero no sólopor estas características parLicipa ellibro de la actitud inLelecLUal propia de Marx, sino también por suereaLividad. En efecto, el aUlor desarrolla creadoramente, en un doblesentido, las ideas estéticas de Marx.Por un lado, llevando hasta susúltimas consecuencias los filosofemas que sobre la experiencia estética en general y la artística en particular Marx sosLUVO t,ícitamenLe.Por el airo lado, infiriendo rigurosamente las implicaciones que delas tesis marxistas sobre el trabajose siguen respecto a la estética )'el arte. Pero como buen marxista.S;ínchez V;lzquez no se queda enel puro nivel teórico y formal entraliado en los procedimienLOS metodológicos citados. El proceso delrazonamiento y sus conclusiones sonenfrentados siempre con la prácticaartística real de los hombres, especialmente la de nuestros días.
El libro está constiLUido, en rigor,por una serie de ensayos sobre "lanaturaleza de la relación estéticadel hombre con la realidad, y delarte en particular". Aquellos, a suvez, aparecen ordenados en dos partes: En tomo a las ideas estéticasde Marx y los problemas de ulla
estetica marxista y El destino delarte bajo el capitalismo. Ambaspartes contienen originales aportaciones a la filosofía contemporáneasobre el arte, a la marxista en especial.
En la primera parte de la obra,el auror, pisando con pie de plomopor entre los textos de Marx, rompelanzas contra el "realismo socialista", al que califica más bien de
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L LU HA POR LA ENFERMEDAD
JUAN CERALLO C.
tin tos eróticos y a los instintos taonáticos. Sin embargo, a las luces deotras ideas como las de FromnJ, mámodernas y que tienden a un de>arrollo org;ínico de las mismas concepciones de }'reuJ, encontraríamosque, en la actualidad, lo má reprimido en nosotros no es lo sexual,sino la sensación de ansiedad, deduda, de falta de significado de lavida y la enajenación. Esa enajenación que la autora indica comouna resultante progresiva de losconflictos mentales. Independientemente de la escuela que SUstenlael libro, su mérito es patente, porcuanto ¡rata de hacer observar amédicos )' estudiosos los peligrosobjetivos, c1inicos, pero entendibles)' curables, de esa paralización emocional que bien puede llamarse ~I
mal del siglo.
que existe una prevenclOn mágicaen torno a lo mental, que nos impi.de darnos cuen ta de ello. Es un rechazo> temeroso de profundizar, deir más allá de lo meramente "el'idente" o medible.
La caricatura resulta en este libroun auxiliar valiosísimo para ablandar el mensaje de los científicos.hacerlo digerible para los remisosa en tender los conflictos mentales.y en esta misión allade un méritomás: la caricatura no ridiculiza, nodisminu)'e el valor del espíritu científico. Mu)' lejos de destruir, conintención constructiva, por lo cono'ario, va llevando al lector a revisarsus propios enigmas psíquicos. También es una sorpresa encontrar casiuna guía para el estudioso de lasdisci plinas psicológicas, si se dedica
a la enselianza, o para el estudianteque se inicia en el aprendizaje dela Psicología. De cualquier forma sulectura es saludable porque illlro·duce una actitud mu)' dificil efeaprender: mirar nuestros problemas)' limitaciones con una luz de hu·marismo. Quitar lo solemne usandoel humorismo es acercarnos a algoque en sí es un avance: a ser humildes, cuando menos frente a nosotros mismos. No debe seguirse deesto, que la mira oculta sea restarimportancia o recomendar descuido;si así se interpreta, sería la inter·pretación más equívoca )' dañinapara su propia vida interna, quepued~ tener el lector.
También es un acierto el capítulodedicado a en tender la personalidad del analista: qué ayuda puedeproporcional', cuáles son sus limilil'ciones, qué clase de especialista es., .
El libro sigue una línea estrlC'tamente "ortodoxa". Los autoreshan sido fieles a la palabra deSigmund Freud )' definen el picaanálisis comó un tratamiento y unateoría reservada a sus ideas.
Sólo podemos entender e lo siaceptamos que una escuela tiene el
derecho de reservarse la posesi:ín
cal' mayor atención a la fcnomenología sintomatológica )' clínica des<.le el punto de vista freudiano.Otros pensadores y psicoanalistas,como Erich }'romm, conceden unaimportancia suprcma al estado esquizoide, que vuelve al individuoincapaz de experimentar afecto ypor ello se siente ansioso, depl'imido y desesperado.
Por otra parte, el libro tiende ala idea de que el contenido sexualreprimido es el material de mayorimportancia c o m o productor deneurosis )' dc ansicdad. La doctoraStephen 10 declara asi enfáticamente: "La fuente inconsciente de laangustia neurótica, sea cualquierala forma que tome, es el miedo alfracaso de la represión que tenKapor resultado la impotencia antelas demandas de los instintos primitivos." Podemos tal vez pensarque se refiere a los llamados ins-
PSIQUIATRÍA CON HUMORFRITZ REDLlCH, ]UNE B1NCHAM y ]ACOR LEVINE, La Psiqniatl'ía en la l/;dll
diaria, Trad de Maria Luisa Díez Canedo, Ed. Mortiz. México, 1965.272 pp.
En la conlraportada de este libroencontramos unas líneas que inlentan dar una síntesis de su intención. Se refieren a una felizcolaboración entre psiquiatras )'caricaturiSlas que 10gl'a con "IDOcaricaturas)' un texto libre de todajerga especializada explicar los deseubrimienlOs básicos de la psiquiatria en relación con la vida común".Aunque las dimensiones)' profundidad de esta afirmación desbordanla realidad, la conjunción entre arte
y ciencia resulla, en verdad, de .IX>sitivo interés), utilidad. Pero aunque sea mu)' de celebrarse ese acier
to, el énfasis no hace justicia amelas m:ís valiosas. Personalidades
como la de Fritl Redlich, directordcl Departamento de Psiquiatría
de la Escuela de Medicina de 11Universidad de Yale, )' Jacob Le
"ine, jefe de Psicología Clínica delHospital de la Administración de
Veteranos de j ewington, se preocuparon por hacer llegar un men
saje, gráfico )' ágil, de los problemas psíquicos que agobian)' de.
terminan nuestra vida diaria, Mu.cho se ha escrito y se ha hablado
para llamar nuestra atención acerca
de las fuerzas psiquicas que nos de
lerminan )' de las cuales somos in
conscientes; pero también es verdad
WON'-.I.lC) 'rKEJO
nuestras experiencias)' en .lit con·jUl/to se produce unidad de oposición elllre lo singular )' lo supr,}singular. Pero no toca el problemade la polarización de estas múltiples experiencias en un único centro consciente )' corporal. Junto ala unidad de los opuestos en ladirección singular.suprasingular hacc falla una consideración sobre launidad de las diferenles experiencias en la dirección del propio sin·guiar. Tampoco parece conceder elaUlOr nlayor importancia al cuerpopara la fijación del concepto deperSuna. La singularidad corporal" le presenla ('01110 "forzada cn(ierlO nltldo tI",tI" {ucm", por lalualetia SiJ,(l1iula cuanlitalivalllclllc
(PI" l:l, :10). Sin embargo, cadaqnien sahc qnc sn cuerpo es pro·pio ColllO el miu es ,,,io.
Slephell, los sflltomas después de lasallld. SOIl "ulla Irallsacción a laqlle se recllrre cuando la represión,ola amellaza con ser insuficiente )'ha)' qlle permilir alguna salida".ESIO nos in<.lufe a pcnsar que see't:\ hahlando de 1111 peligro. Éstees el caso del neurótico; pero ésteno reconoce collcientemente su peligro, es ,iClima de sus fuerzasinconcienlcs e, impotente para enfrentarlas lambién inconcientemente. hace concesiones, estahlece pactos quc en la clínica se traducenpor sin lOmas.
Lo anterior conliene una afirmación: la conciencia no es ni conmucho la totalidad de la "ida mcntal: fuera del campo de nuestraadl'enencia operan fuerzas mentalesque nos conducen en nuestras relaciones con Olras personas )' connosotrOl< mismos.
En el escrilo de la doctora Stephen ha)' lambién un énfasis explícito en lo que podemos llamar l'Iempobrecimiento progresivo de laspersonas sobrecargadas de problemas neuróticos. Se trata de un empobrecimiento emocional: "sin ninguna emoción a disposición de laI'ida, de manera que nada nos importe". Aunque la autora sei'íalaeste peligro real, no lo explotasuficienlemente. a fuerza de dedi-
de la liberlad humana, cumo singularidad finila "genuinamenle ausoll!!a", comu "perfeccionamientode esencia )' ser, por lo cual éstosno se desprenden de su verdad enel enle, sino que m;ís bien la ganan)' al mismo liempu nosolros, loshombres. nos ganamus" (pp, 18,27,
30) .na serie de experiencias, como
la de la "muerle", la "salvación", la"culpa", la "hislOria", complelan yjustifican la noción funcional depersona. I.a experiencia de la muer·le como unidad e idelHidad entrelo que deue )' no debe deslruirse,la experiencia hislórica COl1l0 unidad e identi<lad entre el espíriluobjelivo )' el espíritu subjelivo, porejemplo. Pero la nnidad de losopuestos. insiste Müller, no se re,ue"e, cumo el1lre los anliguos. enla pérdida de la illlli\idualidad tal'el con la muene, u en la conlemplación supraindi, idual lal vez cony en la aClitud leurélica suprenla,"porquc ahora 110 'emos )a la unidad de lu opueslU, que se opera ellla 'per,una', COlllO dislllufÍón de lasuposi iones 1'11 un ahsolulO, sino(On.o unidad dialógica indi'"IIIhle,qlll' apullta sin c sal' hacia el mi,·lerío ljll' lOdu lo ¡(uhicrna (nnl()MI nlediu insllprimihlc" (l'. :.3) .
l'l"e a lo alranil" d' eSla COIIIcpti611, 'x l' :111:1111'" ulla in, eSlil(adbll ,"111' '1 plÍlIlipiu d' IInifka·,iólI dc UII '''"junl<) d' . P('I i '11'tia ... c'" UII ,'anico ('('Hlro tolt!\d 'Hll'
\ l'!) Ult ,'!ldeo tt'I1IIU torporal. .. 1lOllI"plll dc pI' "ulla 'url(' para\11111<-. ahi dunde rOl 0"/11 '1111/ dI'
"'KI.' '111'111 '. /'.';/Orl//II/;,;, y ,1/,·tlir;//rI (/':1 r/".,eo ti" ('//!erO/rlr.'I'), Pró·lolto elt' EIIIl"1 JOIII'>, Trad. dc Florclltillo Tomcr, Ed. !\Ioniz. !\léxico,I !in.;. :!Hfi PI"
I a mi,ma alllul:I ",. ('11( :uJ.F' 1l111~
prulllll ele d '" 111 .. ilIlO' (lar:lll1ellle'1I~ iIUcl1liont": h;u l'r IIc~al' C(JIHJ'
litllicnlos p~i<(lallalllic()l'l lauto a losrn ...·dicus UHltU ;1 1;1, per!\ouas illtc
I(',ada" l'U :"lltttCh p,ilulb~ir()s. Su
lI.ela e' la elifu,iólI de la hipólcsi,ftell<liana,
Sc d 'Iicllc CII cl IOmplejo de Edi·po y la 3I1gll'lia. ,i'IO', d 'sde r.I:\ngulo frelldiallo, COl1l0 piedra anogularc' explicali,a, de los lrastor·1I0S nellróticos. :"os deja I'er cómoel mecanismo de defcnsa de la rc·presión puedc fallar, para ser succelido por la apariciólI ele sílltomaslIeulólÍl'o,. Pero qlliDís hay algo demás inlnés que se deslila a lo largo.1<:1 libro: "qlle Io.s enfermos ignoran por complelo que u enferme·dad responde a un propósilo" )' quelo.. pacientes ncurólicos "luchan conlodo su poder para conservar sus,in lomas". Esto quiere decir queeste tipo de enfermedades tiene unsentido )' una in lerpretación , Elpsicoanálisis no ólo logra desenIraliar las causas sino que r1escubreel movimiento vital que posee laenfermedad psíqllica.
Para quien desconozca la psicología del inconciente puede resultaruna sorpresa que una sinlOmatología obedezca a un propósito deconservación. Como d ice la doctora
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